Siempre es posible reconstruir la
autoestima. Aunque se pase o se haya pasado por situaciones sumamente difíciles y devaluado la autoestima, es posible reconstruirla o mejorarla. Para ello es necesario partir
del “darse cuenta”, reconocer cuando se tiene la autoestima devaluada. Como
segundo paso “¡decidirse a trabajar!”, ponerse a sí mismo como las más
serias de las tareas, es decir, RECONOCER el valor que uno tiene, que con
frecuencia se encuentra ignorado o devaluado. RECONCILIARSE CON EL PASADO
Nada reconstruye tanto la autoestima como la capacidad de reconciliarse con el pasado. El “pasado” incluye dos aspectos fundamentales: lo BUENO que hemos vivido y los que NO ha sido agradable vivir, los rencores y el resentimiento. Ambos aspectos constituyen nuestro pasado y con frecuencia nos hacen consumir una enorme cantidad de energía y redundan en una vida incompleta, “a medias”.
Sin duda, el pasado más difícil
de desarraigar es el de los resentimientos y el dolor; son los “nudos” de
rencor. Es innegable que las personas que se liberan de los resentimientos
viven mejor que aquellas que se encuentran ancladas a este. Obsérvese como los
niños, cuando entran en conflicto entre sí, expresan el enojo y este se
evapora. Los niños no guardan resentimientos; esto lo aprenden después (generalmente
de sus padres) por ello viven y duermen tan plácidamente, porque no “cargan”
con el costal de los resentimientos. El secreto para pasarla bien en la vida es
dejar que lo que pasa, pase...
Muchas veces vivimos esperando “cuando me case” “cuando él o ella
cambie” “cuando la situación mejore” “cuando tenga el trabajo de mis sueños” y
entonces seremos felices, esperar siempre es no saber reconocerse. Es el drama
de las personas que no llegan a vivir porque siempre se están preparando para
poder vivir.Algunos ejemplos de NO ser asertivo:
Una buena manera de recuperar áreas
de la autoestima consiste en proponerse metas concretas de asertividad y
cumplirlas. Cada quien puede, desde luego, elaborar sus propias metas. Algunos
ejemplos:- No permitir que una persona se introduzca a la fila cuando se está esperando a ser atendido, a menos que se dé una buena explicación.
- Ante un error, no llamarse “tonto”… ni permitir que otro lo haga.
- No permitir que otros me griten y que me pidan las cosas “por favor” y den las gracias… (claro que yo debo de hacerlo también.

3.- Aprender a escuchar, dejando de hablar y permitiendo que los otros (pareja, hijos, amigos…) puedan expresarse (aunque el niño tenga solo 2 años se le puede escuchar).
Lo que no me gusta de mi lo
convierto en mi enemigo; si no me gusta mi nariz, la edad o mi cara, convierto
esas partes de mi en mis enemigas y estoy en guerra conmigo mismo. ¡Es la guerra dentro de mí! O bien, tiendo a
proyectar esas partes desagradables de mí en los demás: “!que señora tan terca;
me irrita¡” ¿Por qué me tiene que irritar que otra persona sea terca, si no es
porque veo reflejada en ella mi propia terquedad?
Tener un tiempo para uno mismo,
dedicarse un tiempo que reconstruya la autoestima, realizar alguna actividad
que lo haga a uno sentirse bien (la lectura, hacer ejercicio, andar en
bicicleta, disfrutar de mi música favorita) o simplemente disfrutar de no hacer
nada por un rato, estar en paz, saber estar en silencio (un ocio sano como
sentarse una hora en una mecedora a descansar, practicar la meditación, etc.)















La ruptura de una relación, la perdida del trabajo, la muerte de un ser querido, el diagnostico de una enfermedad, un asalto o vivir violencia... situaciones que una persona puede vivir en el transcurso de su vida ¿Cómo salir avante de estas situaciones difíciles? ¿Cuáles son los pasos que debemos seguir para superar estas crisis de la vida?.




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